
Si tu vía de comunicación principal con tus clientes y colaboradores es el e-mail, probablemente redactes unos cuantos correos al día.
Son pequeños detalles que están presentes en tu marca; contestar correos, preparar textos para tu web, redactar un PDF, responder a una duda de un cliente, etc.
Hace poco recibí una solicitud para una primera reunión de un profesional del sector de la salud. Contactó conmigo para que le ayudara a renovar la imagen de un curso online que tiene en marcha.
Te cuento esto porque, cuando estábamos agendando la reunión por videollamada, intercambiamos correos. Su cuenta de correo era la misma cuenta que él utilizaba para contestar y ponerse en contacto con los alumnos de su curso.
En ese momento, entendí que todo lo que me había contado por e-mail (los premios que había ganado, la autoridad y reconocimiento que tiene online) no se reflejaba en el canal más importante de su comunicación interna: su correo electrónico.
Esos detalles que pueden parecer tontos son los que diferencian a una marca profesional de otra que no lo es
Si has contactado previamente con un profesional para que te ayude con el copy, con la web o con el embudo de ventas (me invento servicios), seguro que hay detalles de ese profesional que te han encantado.
Cómo se pone en contacto contigo, si te manda un email automático enviándote su agenda profesional, si te manda un presupuesto visualmente atractivo, etc.
Son detalles de tu imagen que marcan la diferencia. Que te hacen reconocible frente a tu competencia.
Y tu correo electrónico es una herramienta de comunicación directa que actualizas sí o sí cada día. Dale al PLAY, te cuento más en detalle:
Como ves, tu imagen de marca está en todas partes de internet. Incluso en tus correos.
¿Habías tenido tú en cuenta ya esta parte de tu imagen corporativa? Me encantaría ver cómo has trabajado el diseño de tu firma en el correo electrónico 🙂